La Oficina de Derechos Humanos pide una moratoria en el uso y venta de herramientas utilizadas para la vigilancia, y el espionaje mediante teléfonos celulares, hasta que existan reglas que regulen su uso y garanticen el respeto a los derechos humanos.

«Aunque estas herramientas de espionaje se despliegan supuestamente para combatir el terrorismo y la delincuencia, a menudo se han utilizado por razones ilegítimas. Por ejemplo, para reprimir las opiniones críticas o disidentes y a quienes las expresan, incluidos periodistas, figuras políticas de la oposición y defensores de los derechos humanos”, dijo la portavoz.

Un informe de la oficina de la ONU detalla cómo herramientas de vigilancia como el software «Pegasus» pueden convertir la mayoría de los teléfonos inteligentes en «dispositivos de vigilancia 24 horas», permitiendo al «intruso» acceder no sólo a todo lo que hay en nuestros móviles, sino también armándolos para espiar nuestras vidas.

El informe también da la alarma sobre la creciente vigilancia de los espacios públicos.