Aficionados queretanos a diversos clubs de futbol acudieron al Hospital General de Querétaro para brindar su solidaridad a los familiares y amigos de personas lesionadas por el conflicto campal en el Estadio Corregidora.

Aún con el acceso restringido, dos parejas se instalaron en la entrada principal del hospital para ofrecer café y pan a los familiares de los internos y periodistas que se dieron cita desde primera hora.

Gustavo Montoya, aficionado queretano del Club Atlas aseguró que los actos de violencia presenciados no representan a la sociedad queretana, sin embargo, opinó que la sanción conducente es desaparecer el futbol en Querétaro.

Esto no es Querétaro, los queretanos no nos define un grupo de personas así.

“La sanción correcta es que desapareciera el futbol de Querétaro, a lo mejor suena fuerte pero no es la primera vez que la porra de Querétaro está involucrada en este tipo de sucesos” , aseguró, a la par de invitar a los ciudadanos a conducirse con empatía.

“Vengo a buscar aficionados, ver cómo podemos ayudar, vengo a ofrecer mi casa, comida, prestarles ropa para ayudarles. Yo creo que la han estado pasando muy mal.

“Vengo a ofrecer ayuda”, reiteró.

Pedro de la Rosa González, residente de Querétaro y aficionado del Club Toluca realizó una ruta por hospitales de la capital para ofrecer su apoyo en la localización de personas que no han sido localizadas por sus familiares.

Dijo a que, a través de redes sociales se han creado canales de comunicación con personas que han encontrado dificultades para comunicarse con los familiares o amigos cercanos que acudieron al encuentro Atlas-Querétaro.

“En una ocasión yo también fui agredido en el Estadio de Toluca por alguna otra porra y no tuve a nadie que me apoyara y sé lo frustrante y lo difícil que es”, mencionó.

Admitió que la violencia es un factor constante en el futbol mexicano que en ocasiones es incorrectamente confundido con la pasión por el deporte.

“La violencia siempre ha existido y siempre va a existir. “Lamentablemente algunos desubicados le llaman pasión pero no lo es”. La seguridad también “depende mucho de las autoridades del Estadio” afirmó.