Hace más de mil 300 años, un poderoso gobernante fue enterrado en el interior de una estructura de la majestuosa Calakmul con un exuberante tocado de piedra verde, concha y caracol. No era un simple adorno, el esplendoroso artilugio designaba su rango y una fantástica alegoría sobre su trascendencia divina. La concepción de un nuevo montaje y el estudio de los materiales que componen el tocado, a cargo de un grupo interdisciplinario de especialistas mexicanos, ha permitido descifrar reveladores datos, hasta ahora desconocidos, sobre el personaje maya.
Diez años después de un primer montaje que sólo permitía una lectura parcial, las restauradoras Sofía Martínez del Campo e Itzel Hernández Luna, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), encabezaron el equipo que durante cuatro meses trabajó en el análisis de los componentes y en el nuevo soporte. La labor constituye el inicio del proyecto de Ajuares Funerarios Mayas, que tiene su antecedente en el de Máscaras Funerarias y que redundará en una exposición al cabo de tres años.
“El tocado fue restaurado por primera vez en 2008, basado en las imágenes de estelas mayas de diferentes regiones, pero la forma y el método no fueron los más adecuados”, dice Martínez del Campo a El Heraldo de México. La nueva interpretación se basó en los escritos de la arqueóloga Renata García-Moreno, quien participó, entre 1998 y 1999 en el descubrimiento de la tumba del gobernante Yuknom Yich’ ak’ K’ ak o Garra de Jaguar de Fuego, en el interior de la Subestructura II-B de la zona arqueológica de Calakmul, Campeche.Para iniciar los trabajos, la restauradora Hernández viajó a Campeche en marzo de este año y desmontó de un soporte de resina sintética, una a una las mil 79 teselas de jade y 39 de concha que se creía, componían el tocado.
“Se encontró con que había 94 teselas más, pequeñitas, que estaban perdidas entre las teselas visibles y el soporte de resina”. En abril trasladó el material al Museo de El Carmen, de la CDMX, donde comenzaron a trabajar y las sorpresas emergieron.
El tocado “es ceremonial, con ellos aparecen los gobernantes en las estelas; los usaban en rituales, en una entronización, en la derrota de una ciudad enemiga. Representaban al personaje como deidad, adornado con plumas de quetzal y de otras aves, con elementos muy vistosos que, al ser perecederos, se pierden en el contexto arqueológico”. Garra de Jaguar de Fuego habría muerto en el 702 d.C. y como marcaba la costumbre, fue sepultado con un tocado funerario.
Según las antiguas creencias mayas, el ajuar funerario le ayudaría a vencer a los señores de la muerte en el inframundo y, tras la victoria, se transformaría en K’awiil, dios maya del maíz, quien protegería a su pueblo.El nuevo montaje permite admirar el tocado con el aspecto que debió haber tenido: en la parte inferior, el rostro de la deidad y sobre él, el torso de una pequeña figura humana “que debió haber tenido una cabecita de estuco, perdida en el contexto arqueológico”; después le seguían las últimas falanges de una garra de jaguar y sobre ellas “una cabecita de serpiente que debió haber tenido un soporte también de estuco”.Rodeando todo el conjunto se representó un resplandor y, de forma paralela, con la misma apariencia oblonga, aparece una serpiente bicéfala cuyas cabezas enmarcan el rostro de la deidad en la parte inferior.
“La serpiente bicéfala representa la Vía Láctea y por eso el resplandor surge hacia el exterior emulando su silueta”. El personaje representado sobre la deidad es Garra de Jaguar de Fuego. Su nombre lo indica la garra colocada sobre su cabeza, mientras que la serpiente nos dice que es el Señor de la Dinastía de la Serpiente. Su nombre y su rango aparecen inscritos de forma iconográfica.
Gran parte de las teselas de piedra verde corresponden a una especie de cuarzo llamado crisoprasa y fueron identificadas por Ricardo Sánchez y Alba Barrios, de la Subdirección de Laboratorio de Apoyo Académico (SLAA/INAH), quienes también reconocieron otros tipos de piedra verde, y escasas teselas de jadeíta. Adrián Velázquez (MTM) y Norma Valentín (SLAA/INAH) también identificaron las piezas de concha y caracol.El nuevo montaje es completamente reversible y está elaborado con materiales que no dañan las piezas del mosaico. Su nueva imagen se asemeja a la que debió tener en el momento de su creación. Las teselas recuperaron su luminosidad “eliminando toda la capa de resina coloreada de verde con la que se barnizó en 2008. El nuevo montaje tiene una vida mínima de 100 años”, dice Martínez del Campo.